EE.UU. hace una pausa para dar su último adiós al presidente George H.W. Bush
Washington, 5 dic (VOA) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y cuatro expresidentes se reunirán el miércoles en la Catedral Nacional de Washington para rendir un homenaje final a George Herbert Walker Bush, el 41º presidente de la nación, quien falleció el pasado viernes a los 94 años.
Los expresidentes Jimmy Carter, Bill Clinton y Barack Obama se unirán al actual comandante en jefe, Donald Trump, para los servicios funerarios de Bush en la Catedral Nacional de Washington, donde escucharán un discurso de George W. Bush, hijo del fallecido presidente y el 43º presidente de Estados Unidos.
También hablarán en el funeral de Estado el exprimer ministro de Canadá Brian Mulroney, el exsenador estadounidense Alan Simpson y el historiador Jon Meacham, el biógrafo de Bush. Entre los dignatarios que asistirán se encuentran el príncipe Carlos de Gran Bretaña, la canciller alemana, Angela Merkel, y Lech Walesa, expresidente de Polonia.
Los servicios del miércoles comenzarán cuando una caravana lleve el ataúd del expresidente cubierto con la bandera a la catedral desde el Capitolio de EE.UU., donde desde el lunes yacía en capilla ardiente para que el público pudiera brindar sus respetos.
La Voz de América entrevistó a César Martínez, presidente de Mas Consulting, analista y asesor político, para abordar el tema del legado del presidente George H.W. Bush para el país y el mundo, y en especial su relación con los hispanos.
Entre los que llegaron al Capitolio estaba un visitante de Texas, estado donde residía Bush: «Bueno, soy de Texas, y él obviamente era de Texas también. Ciertamente muy respetado. Y él hizo muchas cosas buenas durante los años».
Un momento emotivo durante el velatorio público el martes ocurrió cuando el exsenador Bob Dole, de 95 años de edad, recibió ayuda para levantarse de su silla de ruedas y saludó a su correligionario republicano y veterano de la Segunda Guerra Mundial.
Después del funeral, el ataúd del expresidente Bush será trasladado a la Base Andrews de la Fuerza Aérea y llevado a Houston, Texas, para un servicio privado el jueves, tras lo cual será sepultado en su biblioteca y museo presidencial en la Universidad de Texas A&M en College Station, junto a su esposa, Barbara, quien falleció en abril, y su hija Robin, que murió de leucemia en 1953 cuando ella tenía solo tres años.