The Lincoln Project se formó a partir de miembros del Partido Republicano, que se juntaron para impedir que Donald Trump fuera reelecto presidente de Estados Unidos. Su trabajo en esta campaña fue de una intensa comunicación política y se enfocaron en republicanos hispanos y no hispanos. Dos de sus miembros explicaron a Plan V cómo fue su exitosa campaña en Estados clave donde le dieron la vuelta el resultado en favor de Joe Biden y porqué Trump no representaba los valores del Partido Republicano.
Nunca hemos respaldado a un candidato demócrata a presidente. Pero Trump debe ser derrotado. Ese fue el mensaje central y fundacional de The Lincoln Project, en un artículo de opinión en The New York Times, el 17 de diciembre del 2019. Fueron cuatro fundadores, prominentes republicanos que, paradójicamente, enviaron mensajes a los votantes republicanos de su país para que no voten por la reelección del presidente Donald Trump.
En su portal explicaron sus motivos: «No emprendemos esta tarea a la ligera ni por preferencia ideológica. Siguen existiendo muchas diferencias políticas con los demócratas nacionales. Sin embargo, la prioridad para todos los estadounidenses patriotas debe ser una fidelidad compartida a la Constitución y el compromiso de derrotar a los candidatos que han abandonado sus juramentos constitucionales, independientemente del partido. Elegir a demócratas que apoyan la Constitución sobre republicanos que no la apoyan es un esfuerzo digno».
Sus mensajes, sobre todo televisivos en redes sociales, golpearon muy duramente a Trump y a quienes lo apoyaban. Ellos creen que Trump y el trumpismo son un peligro para la democracia de Estados Unidos. Plan V conversó con dos voceros hispanos de la organización. César Martinez, consultor político, director de MAS Consulting y miembro del The Lincoln Project, desde Los Ángeles, California. César es experto en comunicación política y participó activamente en esta campaña electoral y ha sido consultor político de muchas campañas en Estados Unidos. En este diálogo también participó Marco Antonio Valera, desde Hawai, director general para la Costa Oeste de The Lincoln Project.
Resulta paradójico que existan republicanos que están contra la reelección de un presidente republicano en funciones y llamen incluso a votar por su rival demócrata. ¿Cómo se explica eso?
MARCO VALERA: La respuesta es simple. Cuando se dieron las primarias de los republicanos para la Presidencia, en el 2016, había 17 precandidatos. Se mostró la variedad de lo que es ser republicano: gente muy derechista, gente más de centro… Lo que ahí pasó es que se dividió tanto el voto republicano y la extrema derecha se quedó con Donald Trump. Entonces la gente de centro y centro derecha estaban peleando por los mismos votos y Trump estaba muy cómodo con sus votos de la ultra derecha. Muchos republicanos no estaban ni estuvieron a favor de Donald Trump antes de haberlo dominado. Porque él creo una división dentro de los mismos republicanos; entonces quedaron muchos, como yo, que en ningún momento estuvimos de acuerdo ni apoyamos a Trump. Pero llegó a ser nominado, llegó a ser presidente y muchos republicanos nos quedamos con esa sorpresa: que el partido haya elegido un hombre así. Seguimos apoyando al partido, pero durante los cuatro años de la presidencia de Trump empezó a cambiar el partido y se empezó a crear un sistema político en el cual un candidato crea un partido, y no al revés. Históricamente, los candidatos presidenciales en los Estados Unidos forman parte de un partido. Y Trump dice que es republicano, pero la gran mayoría de los que no lo apoyaron hasta hoy están convencidos de que nunca fue republicano. Es más, toda su vida él fue demócrata, y sus mismos hijos ni siquiera podían votar por él en las primarias, porque eran demócratas.
CESAR MARTÍNEZ: Yo trabajé en la presidencial del 2000 con el presidente Bush, luego en la campaña de reelección, luego con John McCain, después con Mitt Romney y en el 2016 con Jeff Bush. Este último era una persona afable, buscaba inclusión y que los latinos participaran en el proceso y cuando teníamos reuniones estratégicas veíamos que los contrincantes a vencer en esas primarias republicanas eran Romney, a largo plazo, o a lo mejor un Ted Cruz. Pero a Donald Trump no se lo veía con posiblilidades, luego empezó a insultar y a insultar y a hacer funcionar su estilo, y la gente quería carne roja, y se adueñó el ala ultra conservadora que se iba a ir por el lado de Ted Cruz. Y tenías esa disyuntiva con un candidato que en realidad no era republicano, estaba comprando un partido; desde ahí vimos que se venía el “trumpismo”. El partido republicano no era el partido sólido, sino el partido de una persona. ¿Por qué es tan fuerte eso? Porque la decisión de la plataforma nacional republicana que se dio este año fue: lo que diga el presidente Trump. Literalmente no hubo plataforma y el partido repitió lo que decía el presidente. Y eso es peligroso para una democracia tan antigua y sólida como la de Estados Unidos: ver que un partido deja de tener una plataforma propia y se convierte nada más que en la plataforma de una persona y su familia.
Cuando hablamos de Trump o del trumpismo ¿de qué estamos hablando?
MARCO: Hay ciertos valores y principios que son muy comunes en el Partido Republicano. Por ejemplo que EE.UU. tenga una posición estratégica en el mundo en plano económico, militar y político. Lo que hemos visto con el presidente Trump, es que está reduciendo las fuerzas armadas. Está aumentando la deuda nacional, algo que nunca han hecho los republicanos. Trump ha hecho lo contrario de lo que son los republicanos. Otro ejemplo: el Partido Republicano ha tenido una vertiente religiosa, pero él no cree ni siquiera en Dios. El representa un partido que se centra solo en él en su familia. Cuando se habla de trumpismo, se habla de una manera de gobernar no republicana, porque no representa al partido.
¿Cómo cayó en Estados Unidos el trabajo de The Lincoln Project? ¿Los republicanos lo vieron como una traición?
MARCO: Tengo 33 años de edad y me inscribí en el Partido Republicano a los 18 años. Tengo 15 años como republicano, pero nosotros estamos en contra de Trump y la gente que lo apoya porque vemos que está destruyendo el partido. Si el trumpismo sigue, el partido ya no va a existir. Esto no solamente es el rechazo a Donald Trump como persona y como un fracaso político, sino un rechazo alo que le ha hecho al partido.
¿Cómo ha quedado golpeado el partido?
MARCO: Es muy fácil: el 66% de votantes nuevos apoyaron a Joe Biden. Es decir, la juventud de Estados Unidos ya está convencida de que no tienen espacio dentro del Partido Republicano. Esto no se va a sentir mañana sino por toda una generación.
CESAR: La principal función de los partidos es tener afiliados y ganar elecciones. Y si tienes un partido que se aferra a una sola persona, va a dejar de atraer a jóvenes, a nuevos electores y va perdiendo la función de lo que es un partido. La función de un partido no es cumplir la voluntad de una sola persona.
si tienes un partido que se aferra a una sola persona va a dejar de atraer a jóvenes, a nuevos electores y va perdiendo la función de lo que es un partido. La función de un partido no es cumplir la voluntad de una sola persona.
MARCO: Yo creo, muy en blanco y negro, que lo que está diciendo el presidente Trum es que él no quiere que se cuenten los votos que están en contra suya. Porque su mensaje ni siquiera es claro: en ciertos Estados él quiere que sigan contando los votos, como en Arizona, pero no quiere que se cuenten en Pensilvania, donde está perdiendo. Lo que Trump quiere, al final del día, es que el resultado salga como que él ganó la elección. Pero ni su equipo ni él tienen un mensaje claro para combatir la noción de que perdió. No estoy de acuerdo con esas demandas en las cortes que ha planteado el grupo del presidente. Eso está dañando la democracia, dañando las instituciones que tienen ya 250 años al servicio de la democracia en Estados Unidos.
CÉSAR: Y lo que hace Trump no ayuda en nada. La tradición es que si ya perdiste, perdiste, y vamos para adelante. Pero estas acciones sí pueden hacer un daño muy grande a las instituciones democráticas. Inclusive con los recuentos de votos que Trump quiere obligar a hacer, ya no le alcanza. Si fuera el problema en un solo Estado, como en Florida en el 2000, podría ser, pero tiene derrotas en varios Estados. Puede que tenga derecho técnico en algunos de ellos, pero no puede ya cambiar el resultado.
MARCO: Y a lo mejor encuentran una docena de casos donde se haya dado alguna irregularidad, pero estamos hablando de que Trum perdió en estos Estados por miles de votos, no por una docena.
¿Qué es un voto legal y un voto ilegal?
MARCO: El presidente Trump opina que cualquier voto que no ha sido contado el día de la elección es ilegal. Y no es cierto. Porque muchos votos llegan después de la elección por estadounidenses que viven en el exterior, que son de las fuerzas armadas y los mandan por correo. Otra cosa, es que muchos Estados por sus legislaturas locales votaron en contra de contar los votos antes del día de la elección y votaron a favor de contarlos despues de los que se consignaron el día de la elección. Pero esos votos entraron legalmente días o semanas antes del día de la elección. Todos los votos que fueron enviados antes del día de la elección creo que son legales. Que no sean contados el mismo día es otra cosa, pero eso no significa que sean ilegales. Se usaron las leyes históricas de Estados Unidos para ello, pero Trump cree que como no se contaron el día de la elección son ilegales, y eso no es cierto.
¿Por qué perdió Trump?
CÉSAR: Este era un referendum sobre Donald Trump. Dentro del granito de arena que puso The Lincoln Project, en el aspecto hispano, hicimos ciertos mensajes en los cuales recordábamos a los lectores ciertas cosas. Uno de ellos, el pésimo manejo de la pandemia. Hicimos unos grupos focales al respecto. Marco y yo estuvimos con un grupo focal de venezolanos en Florida y ellos nos decían: podemos no estar de acuerdo en cuestiones políticas, pero en lo que estamos de acuerdo es en el pésimo manejo sobre la Covid-19. Somos el primer país del mundo en fallecimientos. Ese es un tema que Trump politizó. En este país hay Estados donde si usas una máscara te dicen que eres socialista. A ese grado se polarizó. Y también hicimos muchos mensajes para recordar a la gente que este es un dictador en potencia, ligarlo literalmente con los Chávez, los Maduro, los Castro, los Ortega, porque son los que quieren acabar con las instituciones y quedarse enquistados en el poder, que usan la fuerza pública para hacer daño a las personas, que ponen a su familia en puestos públicos. Eso es lo que Donald Trump quería, que sus hijos, su hija fueran los sucesores y manejaran al país como si fuera su propia empresa. Y los insultos, además, a nuestra comunidad hispana es algo que estratégicamente se uso para buscar que Donald Trump no fuera reelecto.
MARCO: Agrégale la relación que él tiene con el dictador de Corea del Norte y con Putin. Los Estados Unidos han estado en contra de esta gente; han sido enemigos de Estados Unidos. Y este señor toma como cierta la palabra de Putin por sobre la palabra de nuestros propios servicios de inteligencia; una cosa que nunca se había visto.
¿Qué queda ahora para el Partido Repúblicano, cuál es su reto?
MARCO: Yo creo que los demócratas esperaban una flecha al corazón del Partido Republicano y no la hubo. Lo más probable es que los republicanos se puedan quedar con el Senado, y no perdieron un solo miembro de la Cámara de Representantes. Pero sí ganó Joe Biden y va a ser el presidente de Estados Unidos. Es exactamente lo que hizo The Lincoln Project: se enfocó en los que estaban apoyando al presidente Trump y solo en el presidente. Se puede opinar que del Lincoln Project fue muy efectivo, porque la gran mayoría de los republicanos se quedaron, pero el pseudo republicano número uno se fue.
CÉSAR: Este es precisamente el nivel de sofisticación, de targeting que aplicamos. El votante latino en Estados Unidos está conformado por casi veinte nacionalidades. No es lo mismo el votante mexicano en Arizona, que tuvo una importantísima participación, que hablar con un votante cubano americano en Florida, o un votante puertorriqueño en Florida en la zona de Orlando y Tampa; porque con los mismos puertorriqueños hicimos targeting específico para que se dieran cuenta cómo Donald Trump tuvo tan pésimo manejo en el huracán María. A los cubano americanos recordarles que Trump podía ser un Castro en potencia; a los venezolanos sobre Chávez, decirles que podíamos estar eligiendo a nuestro propio dictador. En América Latina, los candidatos, los partidos, pueden aprender de este tipo de nivel de targeting específico. Porque a veces quieren llegar a todo el mundo y no llegan a nadie. Tienes que encontrar dónde están los nichos, y The Lincoln Project buscó ese nicho de republicanos, gente conservadora a la que decíamos: esta vez no, esta vez borra ese pedacito que se llama Trump, puedes seguir con tus valores, tu forma de pensar, los candidatos que te gustan en el Congreso, pero no Trump, por lo que representa el trumpismo.
MARCO: Y a la luz de los resultados se comprobó que eso fue efectivo.
¿En dónde precisamente pueden atribuirse éxitos?
MARCO: El resultado más exitoso fue haber sacado al presidente Trump. Pero también vimos que era necesario cumplir una meta que nos habíamos puesto: convencer al entre 3% y 5% de republicanos de votar en contra del presidente Trump, un candidato republicano. Y esos márgenes fueron exáctamente con los que ganó el vicepresidente Biden, en los Estados como Arizona, Minesota, Wisconsin, Michigan, Estados en los cuales ganó Trump hace cuatro años con los mismos márgenes. Lo que hicimos es ponérselos al revés, y tuvimos éxito.
CESAR: Es muy sencillo, no hay que hacerlo tan específico. A la gente había que decirle que el mensaje siempre era contra Donald Trump y preguntar a la gente si él representaba sus valores. Hubo un video cuyo mensaje en el que hablaban Reagan, Bush, Obama, Clinton, George W. Bush… todos los presidentes que habían hablado bien sobre los latinos. Y todo esto fue en referencia al mes de la herencia hispana, que es entre el 15 de septiembre al 12 de octubre. Ahí nos enfocamos y se mostraban los mensajes diciendo que hubo presidentes republicanos que reconocieron la aportación hispana a este país hasta que llegó Trump e hizo lo contrario. Ahora, el presidente Trump también invirtió buenos esfuerzos por los latinos en Florida, en Texas, pero nosotros hicimos esfuerzos en Arizona, que fue clave. En los mensajes la gente puede discernir, darse cuenta. No les dimos mensajes de cómo votar, sino mensajes para que hagan conciencia y ellos decidan por quién votar.
¿Queda muy dividido Estados Unidos?
MARCO: Creo que va a serguir un poco dividido. Pero con esta elección por Biden he visto a republicanos decir que se sienten mejor y creen que se van a empezar a sanar las heridas en Estados Unidos.
¿Más que votar por Biden, la gente quería que se vaya Trump?
Exactamente.
¿El presidente Bush felicitó a Biden?
MARCO: Sí, esa siempre ha sido la tradición. Inclusive son muy pocas las ocasiones en las cuales un expresidente se involucra en una campaña. La tradición ha sido que se mantienen al margen. Pero fue interesante que el presidente Obama se involucrara al final. Me imagino porque se lo pidió Joe Biden, y creo que Obama se dio cuenta que la campaña se estaba complicando.